Lo alto que sube la mosca

No te da tiempo a calcular nada. Lo alto que sube la mosca del niño que juega sólo al badminton, lo rápido que viene la ola. Creías que sí pero no. Y no entiendes nada. Creíste que podrías calcular cuánto dura un suspiro y te ahogaste intentándolo.

Después
Desayunas del revés. En el salón de desayunos del hotel la gente mira la TV que está a tus espaldas, justo encima tuya. Ojos que van de ti a la televisión, de la televisión a ti o a la pareja. Cuchicheos. Ojos que vuelven al plato. Sonrisas. Algunas dirigidas a ti. No sabes donde está la gracia de un descarralamiento de tren.

 Antes
Si entras por un lado del parking de la Playa de Riazor puedes salir en el Polígono da Grela.

Fin de la Coda
Los días pasados todo estaba en calma. Martes, 13 de agosto de 1980, la noche que pasaste de pie al frescos de la ventana, con gasas bañadas en la leche uperisada por todo el cuerpo, especialmente detrás de las rodillas y de los codos. El día en que el sol te dió un abrazo demasiado intenso.

Hoy
 ¿cómo va el tema? Explícate, ¿cómo qué puedo elegir también las opciones? - Sí, tío, es así, plis plas, transparente, tu dices A, B y C pero dices A B y C. ¿Pero digo también el contenido de A B y C? Que sí joder A) que me toque la lotería B) atracar un banco y que sea perfecto c) heredar toda la pasta de tu padre porque reniega de ti La opción C no le ha gustado nada, cambia las reglas del juego, me empuja y me saca de la toalla de un golpe seco, estoy en zona de lluvia. B, será la opción B. Despierto del sueño. No puedo dormir. No me dejan.

Año 2023
 Está el runrun de tu madre, el tacatá del tren y los viajes en coche en el asiento de atrás. Horas de sueño profundo. Está el gemir de los somieres ajenos. Horas de insomnio.

Noticias
Ha vuelto a pasar. Un pulpo o calamar gigante - depende del medio donde veas la noticia - ha sacado a pasear sus largos tentáculos por una playa. Esta vez ha sido en Lorckney. Cuanto te dicen "gigante" es gigante. Personas en miniatura siendo sacudidas por los movimientos asincopados de sus largos brazos. Al que le toca ventosa se lo traga el mar. Hay veces que sólo asoma la cabeza. Lo ocupa todo. Creo verle sonreir. Desolación en la playa. Calma chicha. Un rato después apago la televisión. Los telediarios en directo han mejorado mucho desde que está el calamar gigante haciendo de las suyas. Me quedo un rato pensativo "¿se comerá las cabezas de la gente? Deben de ser cancerígentas.

Mañanas en el parque
 Es cíclico. No obedece a un patrón concreto. Madrugo, me siento en un banco en el parque, zona de juegos infantiles, dejo que los niños se acerquen a mi. Soy Jesús pero sin respuestas ni la salida fácil: ten fé. ¿Quién pone las estrellas en el cielo? No tengo ni puta idea chaval.